jueves, 12 de marzo de 2009

Supermercados estatales para llegar a final de mes

JAIME LÓPEZ desde Caracas

11 de marzo de 2009.- Con un 30% de inflación, millones venezolanos acuden diariamente a los supermercados estatales creados por Hugo Chávez para estirar su sueldo y llegar a final de mes. Es el caso de Levis Barreto, un ama de casa de 36 años, que a las ocho de la mañana salía de un PDVAL (una filial de la empresa pública Petróleos de Venezuela, PDVSA) con cuatro bolsas de comida.

Hugo Chávez. | Efe

Hugo Chávez. | Efe

"Compré arroz, azúcar, aceite y harinas. Vengo a este supermercado tres veces a la semana porque supone un ahorro de hasta el 30%", señala Barreto, que vive en el barrio de clase media La Urbina y tiene dos hijas.

A la entrada de este supermercado estatal, situado en la céntrica avenida Francisco Miranda, hay una gran foto de Chávez, abrazando al ex alcalde de Caracas, Juan Barreto. En el interior hay hasta seis pasillos de anaqueles, con los principales alimentos de la cesta de la compra.

El promedio de precios es entre un 30% y un 50% más baratos que en las grandes superficies privadas. Así, el kilo de arroz se vende en 1, 6 bolívares (0,50 céntimos de euro), frente a los 4-6 bolívares (1 euro) que cuesta en otros centros. El aceite vale 4 bolívares (1,33 euros), menos de la mitad. También se venden artículos de línea blanca, como neveras y hornillos para la cocina, a precios subvencionados.

El número de supermercados estatales ha aumento progresivamente desde su creación en 2003, cuando el programa se inició con una pequeña cantidad de comercios. En la actualidad hay cerca de 20.000 locales, según cifras oficiales, que en cuatro años elevaron sus ventas un 121%; al pasar de 691.229 toneladas de alimentos comercializadas en 2004, hasta 1.530.978 toneladas vendidas en 2008.

El alto coste de los alimentos en este país petrolero [sólo en 2008 se encarecieron un 40%] levantó las iras del mandatario venezolano la semana pasada, cuando dijo que la inflación no refleja los precios de los comercios públicos Mercal y PDVAL, financiados por el Gobierno, y que los restaurantes duplicaron esta tasa en febrero (2,6%). "Voy a tener que inventar unos restaurantes populares. ¿Quiere usted cenar con su señora el día de los enamorados?: ‘Restaurantes Chávez’", bromeó.

El tercer ciclo revolucionario (2009-2019), que el líder socialista anunció después de ganar el referéndum del 15 de febrero, ha comenzado con una nueva ola de intervenciones y estatizaciones en el sector de alimentos. Las procesadoras de arroz, tres fincas de más de 1.500 hectáreas cada una, una planta de distribución de Coca Cola en Caracas o las areperas [unos restaurantes de comida rápida que hacen un pan redondo de harina de maíz] están en el ojo de los principales organismos fiscalizadores del país, que intentan de esta forma mitigar la inflación.

Pero en el horizonte del Gobierno siempre está el mayor grupo económico privado del país, las Empresas Polar. Este conglomerado, con más de 20.000 empleados, está presidida por Lorenzo Mendoza, quien junto al magnate de las telecomunicaciones, Gustavo Cisneros, es el único venezolano que figura en la lista de las 100 personas más ricas del mundo de la revista estadounidense Forbes.

En su búsqueda para incrementar la producción de alimentos, el Gobierno ha expropiado 2,3 millones de hectáreas y regularizado la tenencia de unos 3,5 millones de hectáreas, según cifras oficiales. Estas medidas, sin embargo, han sido ineficaces para diversificar la economía venezolana, muy dependiente de las exportaciones de petróleo, y que a día de hoy importa el 75% de los alimentos que consume.

Con un presupuesto para 2009 calculado a 60 dólares el barril, los actuales ingresos petroleros son insuficientes para cubrir el gasto público, por lo que tarde o temprano el Gobierno deberá implementar medidas dolorosas para sincerar sus cuentas.

El líder opositor y ex candidato presidencial, Manuel Rosales, acusó a Chávez de ocultar estos problemas y la crisis que viene "con medidas populistas" contra el sector privado.

"Estamos con los ojos vendados y Venezuela le exige al Gobierno que hable claro, porque vamos a una crisis que están escondiendo con medidas populistas", agregó el alcalde de la ciudad petrolera de Maracaibo (500 km al oeste de Caracas), en un acto público.

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