viernes, 9 de enero de 2009

EL TALÓN DE AQUILES DEL ESTADO DE ISRAEL


Estas líneas fueron escritas por una persona que no es ni de derechas ni de izquierdas: soy uno de esos “conspiranoicos” que piensa que ha habido y hay un grupo de familias en el mundo que controlan todos los ámbitos de las finanzas y la política en la sombra. De esos que pensamos que el 11-S lo hizo el propio gobierno USA e, incluso, que Hitler estaba controlado por los banqueros sionistas (ver extraordinario documento adjunto, plagado de referencias históricas sobre la colaboración entre sionistas y nazis durante el Tercer Reich).nazizionistcooperation

Así pues, lo que viene más abajo no puede ser asociado a ningún defensor de los nazis ni de ese siniestro personaje llamado Adolf Hitler. Si lo quieres, es obra de esos que llaman “conspiranoicos” y que solo queremos conocer la Verdad; la digan los de derechas o los de izquierdas.Como seguramente tú, que me estás leyendo, la ira me embarga cada vez que hablan de que Israel ha vuelto a atacar a los legítimos pobladores de la tierra Palestina. Durante dos décadas ya, he ido a multitud de manifestaciones en donde he escuchado gritar los típicos “Asesinos” y demás eslóganes culpando la complicidad de Estados Unidos y Europa. Como tú bien sabes, sin ningún resultado. Las resoluciones de la ONU son papel mojado porque Estados Unidos y Gran Bretaña vetan cualquier intervención internacional para pararle a Israel los pies. Esto nos podría llevar a plantearnos qué poder real tiene el lobby judío en ambos países, que incluso determina la política internacional de ambas potencias anglosajonas. Nos podría llevar a preguntarnos si, en realidad, la gran banca (la que crea el dinero-deuda) está controlada por los banqueros sionistas e, incluso, a recordar que el edificio de las Naciones Unidas en Nueva York se levantó en unos terrenos donados… por la Familia Rockefeller y los primeros asentamientos del estado de Israel… en terrenos comprados por la Familia de banqueros Rothschild.
Pero no quiero ahora plantearme a quién sirve las Naciones Unidas, lo que quiero plantearme es si podemos hacer algo, desde aquí (desde cualquier rincón del Planeta) para detener esta matanza. Y digo “algo”, queriendo decir “algo más” que llevar un pañuelo palestino y gritar cuatro consignas que hemos comprobado inútiles.
¿Tiene algún “talón de Aquiles” Israel? ¿Hay algo que pueda perjudicar a quienes crearon ese Estado? (Mediante una disposición especial de las Naciones Unidas de 1947, no lo olvidemos).
Como bien sabes, el estado de Israel se creó como “respuesta a los crímenes del holocausto”, así pues, el holocausto es el origen del estado de Israel.

Una sencilla analogía debe hacerte entender por qué el holocausto es el único asunto de la historia que no se puede investigar; el holocausto es la llave del estado de Israel. Porque, sin holocausto, no habría estado de Israel. Así de sencillo. Por eso, actualmente hay en la cárcel investigadores de muchos países del mundo cuyo delito ha sido poner en duda la “verdad oficial” sobre el holocausto cuando, supuestamente, la democracia protege el derecho a la información y a la investigación. Hoy día se puede discutir absolutamente todo… Menos este “hecho único en la historia” como gustan calificarlo los judíos.
Lo que poca gente sabe es que, cada año, el estado de Alemania da unas millonarias cifras al estado de Israel, dedicadas, en principio, a las familias de las víctimas del holocausto. La realidad es que, como el investigador JUDÍO Norman Finkelstein refleja en su extraordinario libro “La industria del holocausto”, la mayor parte de este dinero no llega a las víctimas sino que se lo queda el estado de Israel. Tal vez por ello, como demuestra el propio Finkelstein, cada vez hay más supervivientes del holocausto, en lugar de menos, como sería de esperar, puesto que han pasado 70 años desde la Segunda Guerra Mundial. (En España, tenemos un caso paradigmático, pues el presidente de la Asociación de víctimas del campo de Mauthausen, Enric Marco Batlló, se descubrió que había estado 30 años mintiendo y nunca estuvo en el citado campo) . El aumento constante de “supervivientes del holocausto” hizo que la madre de Finkelstein, superviviente de la Segunda Guerra Mundial, le dijera a su hijo Norman con la típica sorna judía: “con tanto superviviente del holocausto, ¿a quién mató Hitler?”.
La respuesta a este continuo aumento de supervivientes del holocausto es muy sencilla: una parte de las balas que matan a los palestinos salen del chantaje del holocausto al que está sometida Alemania desde la Segunda Guerra Mundial. Por eso, conviene inflar las cifras: a más supervivientes, más dinero ingresa Israel. Otra, procede de las generosas donaciones de fondos financieros como el de Madoff, que recientemente estalló como una fenomenal estafa piramidal… judía (implicando a prohombres de esta secta como Steven Spielberg, el caza nazis Elie Wiesel o el empresario español Martin Varsavsky).
La necesidad de que el holocausto siga vivo en nuestras mentes para justificar la existencia del estado asesino de Israel es la razón de que, cada pocos años, aparezca algún nuevo film sobre el holocausto o novelas disfrazadas de historias reales, como la madre de todas ellas, “El diario de Ana Frank”, escrito con bolígrafo (Ana Frank murió en 1944) cuando aún no había llegado a Europa este artilugio (1951). Todas esas novelas han resultado ser fraudes; invenciones para manipular nuestros sentimientos en favor del pueblo judío.
Quizás ahora comprendas por qué esa obsesión por los Museos del Holocausto y tantos actos recordándolo, un día tras otro, tantas películas, musicales y tantas novelas publicitadas hasta la saciedad (¿Sabes que hicieron una película de la novela superventas “El niño del pijama de rayas”?). La manipulación de nuestros buenos sentimientos es la llave para que no nos planteemos la legitimidad de un estado supuestamente creado para proteger a un pueblo que había sufrido una terrible agresión. ¿Cómo es posible que, después de haber sufrido tanto, se conviertan en los perpetradores de tantas muertes de inocentes?¿O será que nos han mentido (exagerando o seleccionando las atrocidades de la guerra para que parezca que solo “ellos” sufrieron) porque tenían un plan previamente trazado para conquistar esa Tierra donde se encuentra el mayor santuario religioso del mundo, Jerusalén? (Recuerda que estamos a un paso de la mítica fecha del 2012 profetizada por los mayas). Es posible que desconozcas que el estado Israel se rige por sus profecías y que, una de las muchas que están influyendo a los rabinos que dirigen a los políticos israelíes, es la reconstrucción del Templo del Rey Salomón, que acogerá la venida de su Mesías (ellos, los fariseos hoy sionistas, no reconocieron a Jesucristo e, incluso, lo mandaron matar porque se opuso a la usura). Curiosamente, el lugar donde se debe construir ese templo es donde actualmente se erige la Mezquita de Al Aqsa por la que tanto luchan… Ese es, a la postre, el meollo de todo este conflicto. Por todas estas razones, si de verdad quieres que se solucione el problema israelí (y no únicamente, eres de esos que quieres “quedar bien” con tu pañuelo palestino), es hora de que nos atrevamos a pronunciar en estas manifestaciones la frase que quienes diseñaron el proceso de creación del Estado de Israel -mucho antes de que existiera- no quieren oír.
MUCHO HOLOCAUSTO, POCA DIGNIDAD.
Es lo único en el mundo que les da miedo. Que reabran las fosas comunes donde supuestamente enterraron a los muertos de los campos de concentración, como se hace en España con los de la Guerra Civil. Que los paleoantropólogos aclaren cuántos y de qué murieron. ¡Transparencia para el holocausto!
-A partir de ahora, podemos firmar nuestros correos electrónicos con la leyenda:
Fulano de tal,
“Por la Paz en Palestina, apoyo la investigación del holocausto de los judíos”.

PD 1: Boicotear las películas y novelas sobre el holocausto es otra buena manera de ayudar a la liberación del pueblo palestino.
PD 2: La segunda llave para amordazar la Verdad es la palabra “antisemita”. Aunque, si analizáramos la carrera universitaria de “filología semítica”, nos daríamos rápidamente cuenta de su verdadero significado. El creador de la expresión “lenguas semíticas”, el filólogo alemán Schlozer, la inventó para denominar una serie de lenguas ligadas a los descendientes de Sem (hijo de Noé): hebreos, etíopes y árabes. Por extensión, la raza semítica se refiere a los individuos con rasgos “mediterráneos” (quitando los eslavos yugoslavos). El español prototípico es un inmejorable exponente semítico, al igual que el judío sefardita. No así los judíos “askhe-nazís” que, como demostró el investigador judío Arthur Koestler, son descendientes de la tribu khazar o jázara, que se asentó en el centro de Europa proviniente del Mar Negro y se había convertido al judaísmo en el siglo IX después de Cristo.

Estos judíos askenazís forman hoy la gran mayoría de la población del estado de Israel y, pese a lo que nos cuentan los defensores del “antisemitismo”, son de raza ARIA. Fíjate en los rasgos de la tez, los ojos y el cabello de los últimos primeros ministros de Israel: Ariel Sharon, Benjamin Netanyahu, Ehud Olmert o Tzipi Livni. ¿Semitas o arios? En realidad, el Estado de Israel es antisemita, pues LOS PALESTINOS SON TODOS SEMITAS, es decir, ARABES.

Pero ya más: si la mayor parte de los judíos son arios, no son descendientes de los originarios pobladores de Palestina ni se pueden reclamar herederos del pueblo de Abraham.PD 3: La palabra “holocausto” procede de la Biblia, del Antiguo Testamento que, como sabes, es el libro más sagrado para los judíos. En el Deuteronomio o en El Libro de los Números aparecen decenas de “holocaustos”: así llamaban los primitivos hijos de Israel a los sacrificios sangrientos rituales que su dios particular, Jehová, les ordenaba realizar para conseguir su favor. Si recuerdas, Abraham estuvo a punto de realizar un holocausto de su propio hijo porque Jehová se lo pidió… Ese hijo, Isaac, sería el origen de las 12 tribus de Israel. El otro, Ismael, sería el origen del pueblo árabe.