viernes, 23 de noviembre de 2007

La munición radioactiva lanzada sobre Oriente Próximo puede cobrarse más vidas que en Hiroshima y Nagashaki

Sherwood Ross, OpedNews.com (19-11-2007) - Traducido por Sinfo Fernández, (21-11-2007)


Con toda la munición radioactiva que Estados Unidos, Reino Unido e Israel han lanzado sobre Oriente Próximo puede estarse incubando un holocausto nuclear a largo plazo que resultará más mortífero que el bombardeo atómico estadounidense sobre Japón.

“Se ha arrojado tanta munición conteniendo uranio empobrecido”, afirma Leuren Moret, una de las mayores autoridades científicas en materia nuclear, que “el futuro
genético de la mayoría de la población iraquí puede considerarse ya destruido”.

“Desde 1991, se ha venido lanzando armamento con uranio empobrecido en cantidades tales que se ha llegado a superar en más de diez veces la suma de la radiación liberada durante una prueba nuclear (de bombas nucleares)”, escribe Moret, incluida la munición radioactiva disparada por las tropas israelíes en Palestina.

Moret es una científica estadounidense independiente que anteriormente estuvo trabajando durante cinco años para el Lawrence Berkeley National Laboratory y también para el Lawrence Livermore National Laboratoy, ambos en California.

Arthur Bernklau, miembro de Veteranos por una Ley Constitucional, añade: “El efecto a largo plazo del uranio empobrecido es una virtual sentencia de muerte. Iraq se ha convertido en un páramo tóxico. Todo el que viva o pase por allí se expone a contraer cáncer y leucemia. En Iraq, la tasa de bebés nacidos con mutaciones genéticas está totalmente fuera de control”.

Moret, Comisionada para Medio Ambiente en Berkeley, California, y antigua presidenta de la Asociación de Mujeres Geocientíficas, dice: “Por cada defecto genético que contemplamos hoy en día, aparecerán miles más en futuras generaciones”.

Y añade: “El medio ambiente (de Iraq) es ya completamente radioactivo”

La Dra. Helen Caldicott, una prominente luchadora antinuclear, ha escrito: “Gran parte del uranio enriquecido ha caído en ciudades como Bagdad, donde la mitad de su población, cinco millones, son niños que jugaron con los tanques calcinados y con la tierra arenosa y polvorienta”.

“Los niños son entre diez y veinte veces más sensibles a los efectos carcinógenos de la radiación que los adultos”, escribió Caldicott. “Mis colegas pediatras en Basora, donde esa artillería fue utilizada en 1991, informan de un aumento, multiplicado por siete, de los casos de cánceres infantiles y de graves anormalidades genéticas”, relató en su libro “Nuclear Power is not the Answer” (The New Press).

Caldicott va más allá diciendo que las dos Guerras del Golfo “han sido guerras nucleares porque han esparcido material nuclear por toda la tierra, y las personas –especialmente los niños- están condenados a morir básicamente de neoplasias y enfermedades congénitas de aquí a la eternidad”.

Debido a la inmensamente larga vida media del Uranio-238, uno de los elementos radiactivos contenidos en los proyectiles disparados, “los alimentos, el aire y el agua están contaminados para siempre”, explicó Caldicott.

El uranio es un metal pesado que penetra en el cuerpo inhalado por los pulmones o a través de la ingestión por el tracto gastrointestinal. Si se excreta por el riñón, y la dosis es suficientemente alta, puede provocar fallos renales o cáncer de riñón. También se aloja en los huesos, donde causa cáncer de huesos y leucemia, y si se excreta en el semen, donde se mutan los genes en el esperma, provoca nacimientos con deformidades.

La contaminación nuclear se está extendiendo por todo el planeta, añade Caldicott, pero las mayores concentraciones están en las regiones que se sitúan dentro de un radio de mil seiscientos kilómetros de Bagdad y Afganistán.

Los países que presentan mayor contaminación son el norte de la India, el sur de Rusia, Turquía, Egipto, Arabia Saudí, Tibet, Pakistán, Kuwait, los Emiratos del Golfo y Jordania.

“A partir de la devastación radioactiva desatada en Iraq y siguiendo la dirección del viento, Israel está sufriendo también un gran aumento de cáncer de mama, leucemia y diabetes infantil”, afirma Moret.

Doug Rokke, en otra época alto oficial del ejército estadounidense encargado de la limpieza del uranio empobrecido y ahora militante contra dicho elemento, ha declarado que los tanques israelíes dispararon proyectiles radiactivos durante la invasión del Líbano del pasado año. Las fuerzas estadounidenses y de la OTAN también utilizaron munición con uranio empobrecido en Kosovo. Rokke ha dicho que está muy enfermo a causa de los efectos del uranio empobrecido y que algunos miembros del equipo que le acompañaban en las labores de limpieza han fallecido ya por esa causa.

Como consecuencia de los bombardeos con uranio empobrecido, Caldicott escribe: “Se ha informado de bebés con malformaciones nacidos de civiles contaminados en Iraq, Yugoslavia y Afganistán y la incidencia y la gravedad de los defectos va aumentando según transcurre el tiempo”.

Se ha informado también de síntomas aparecidos entre los bebés nacidos de personal del ejército estadounidense que combatió en las Guerras del Golfo. Una investigación llevada a cabo por la Administración de Veteranos de Mississipi con 251 soldados de la Guerra del Golfo halló que el 67% de los niños nacidos de ellos sufrían de “enfermedades graves y deformaciones”.

Algunos habían nacido sin cerebro u órganos vitales o sin brazos o sin manos o con las manos unidas a los hombros.

Aunque los oficiales estadounidenses niegan que la munición de uranio empobrecido sea peligrosa, es un hecho que los Veteranos de la Guerra del Golfo fueron los primeros estadounidenses que lucharon en una batalla radioactiva y, al parecer, sus niños han sido los primeros en manifestar deformidades espantosas.

Los soldados supervivientes que habían sido alcanzados por munición radioactiva, así como los que la dispararon, están cayendo enfermos, a menudo mostrando síntomas de enfermedades radioactivas. De los 700.000 veteranos estadounidenses de la I Guerra del Golfo, más de 240.000 padecen incapacidad médica permanente y 11.000 han muerto, según informes publicados.

Esas cifras suponen una mortalidad impresionante como consecuencia de un corto conflicto durante el que murieron en el campo de batalla menos de 400 soldados estadounidenses.

Desde luego, “las municiones con uranio empobrecido fueron y siguen siendo un factor causante del Síndrome de la Guerra del Golfo (GWS, en sus siglas en inglés)”, escribe Francis Boyle, importante experto estadounidense en derecho internacional en su libro “Biowarfare and Terrorism”, de Clarity Press Inc.

“El Pentágono continúa rechazando que haya un fenómeno médico clasificado como GWS, hasta el punto en que todo el mundo sabe que esa negativa es pura propaganda y labor de desinformación”, escribe Boyle.

Boyle sostiene: “El Pentágono nunca confesará las consecuencias criminales, políticas, delictivas, económicas y legales de admitir la existencia de GWS. Por eso, los veteranos estadounidenses y británicos de la I Guerra del Golfo, así como los hijos que hayan concebido después, continuarán sufriendo y muriendo. Lo mismo les pasará a los veteranos estadounidenses y británicos de la II Guerra del Golfo de Bush Jr y a los hijos que puedan tener”.

Boyle dijo que el uso del uranio empobrecido está prohibido por la Convención de Ginebra de 1925, que prohíbe el uso de gas venenoso.

Chalmers Johnson, presidente del Instituto de Investigación Política de Japón, escribe en su “The Sorrows of Empire” (Henry Holt and Co.) que, dadas las cantidades anormales de cánceres infantiles y deformidades aparecidos tanto en Iraq como en Kosovo, las evidencias señalan un papel determinante del uranio empobrecido”.

“El ejército, al insistir en su uso”, añade Johnson, “está despreciando deliberadamente una Resolución de Naciones Unidas de 1996 que clasifica la munición con uranio empobrecido como arma ilegal de destrucción masiva”.

Moret llama al uranio empobrecido “el caballo de Troya de la guerra nuclear”. Lo describe como “el arma que no para nunca de matar”. En efecto, la vida media del Uranio-238 es de 4,5 mil millones de años, y cuando se descompone engendra otros sub-productos radioactivos mortíferos.

Al parecer, la lluvia radioactiva del uranio empobrecido puede llegar muy lejos y de forma muy extendida. Tras el bombardeo inicial de Iraq por EEUU en 2003, las partículas de uranio empobrecido viajaron casi cuatro mil kilómetros hasta alcanzar el Reino Unido en una semana, donde la radiación atmosférica se cuadriplicó.

Pero es en Oriente Próximo, sobre todo en Iraq, donde se ha vertido la mayor parte de la basura radioactiva.

En los primeros años de la década de 1990, la Autoridad para la Energía Atómica del Reino Unido advirtió que cincuenta toneladas de polvo proveniente de las explosiones de uranio empobrecido podrían cobrarse medio millón de vidas para el año 2000 a través del cáncer. No ya cincuenta toneladas, sino una cifra de dos mil toneladas radioactivas se han lanzado en Oriente Próximo, lo que sugiere la posibilidad de que, con el transcurrir del tiempo, nos encontremos con cifras mucho más altas de víctimas mortales.

El Dr. Keith Baverstock, un asesor en radioactividad de la Organización Mundial de la Salud, informó a los medios que el clima árido de Iraq incrementaba las posibilidades de exposición a esas partículas diminutas cuando el viento las esparciera por doquier y fueran inhaladas por la población civil en los años venideros.

Los civiles muertos desde agosto de 1945, a causa de las bombas atómicas lanzadas contra Hiroshima y Nagasaki alcanzaron las cifras de 140.000 y 80.000, respectivamente. Sin embargo, se prevé que, a largo plazo, las muertes por enfermedades radiactivas se cobren las vidas de otros 100.000 civiles japoneses.

jueves, 22 de noviembre de 2007

¿Se atreverá la Casa Blanca a sacrificar la 5ta Flota para justificar la destrucción nuclear de Irán?

Michael Salla, (21-11-2007)

El plan estadounidense de ataque contra Irán tiene previsto el sacrificio de la Quinta Flota como medio de justificar una respuesta nuclear. No se trata de un escenario hipotético sino de una opción ya discutida en el seno del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos.


Según nuestras informaciones, el almirante William Fallon hizo saber que en caso de recibir esa orden, él se negará a aplicarla y presentará su renuncia así como la de todo el Estado Mayor del Centcom. Por el momento, la resistencia de los oficiales superiores de la Marina de Guerra y del Ejército es lo único que ha impedido que los neoconservadores y la Fuerza Aérea comiencen las operaciones.

La administración Bush esconde e ignora deliberadamente los análisis tácticos iconoclastas (basados en la teoría de los juegos) provenientes del Pentágono y que sugieren que un ataque contra las instalaciones nucleares o militares de Irán desembocará directamente en la aniquilación de la 5ta Flota de la Marina de Guerra estadounidense, actualmente en el Golfo Pérsico.

El teniente general Paul Van Riper simuló así el papel de jefe de un hipotético Estado del Golfo Pérsico, en un escenario desarrollado en el marco del juego estratégico 2002 Millennium Challenge, y [la partida] terminó con la destrucción total de 5ta Flota [1]. El experimento y sus conclusiones sobre la vulnerabilidad de la 5ta Flota en el marco de un conflicto armado asimétrico y las consecuencias de una eventual guerra contra Irán fueron ignorados.

Los neoconservadores de la administración Bush están haciendo una agresiva propaganda a favor de la realización de operaciones armadas contra Irán, que culminarán en un ataque de ese país contra la 5ta Flota con el uso de sofisticados misiles crucero aire-mar. Deliberadamente [los neoconservadores] ignoran los experimentos que desarrolló Van Riper durante el simulacro Millennium Challenge y sus similitudes, peligrosamente sugerentes, con el actual contencioso nuclear EE.UU.-Irán.

Irán dispone de una cantidad de misiles crucero que alcanza ampliamente para destruir gran parte, e incluso la totalidad, de la 5ta Flota, que se encuentra dentro del radio de acción de las rampas móviles de lanzamiento que poseen los iraníes, estratégicamente instaladas a lo largo de la cadena montañosa que domina las costas del Golfo Pérsico. La administración Bush minimiza deliberadamente la vulnerabilidad de la 5ta Flota frente a la avanzada tecnología de Irán en materia de misiles, comprados a Rusia y China a fines de los años 1990. Los misiles más sofisticados del arsenal iraní son los «Sunburn» (En español, “Insolación”) y los «Yakhonts». Y, frente a esos misiles, los navíos de guerra estadounidenses carecen de defensa eficaz, según advierten todos los expertos militares.

Al provocar deliberadamente represalias iraníes contra una intervención armada de Estados Unidos, los neoconservadores preparan el sacrificio, a sabiendas, de gran parte o quizás la totalidad de la 5ta Flota. Esto podría provocar un nuevo Pearl Harbor, que crearía el clima político ideal con vistas a una guerra total contra Irán y acciones armadas que se extenderían a toda la región del Golfo Pérsico.

La vulnerabilidad del 5ta Flota ante el arsenal iraní de misiles aire-mar

La 5ta Flota de la US Navy tiene su cuartel general en el Estado de Bahrein, en la región del Golfo. Dicho cuartel general es responsable de las patrullas que vigilan el Golfo Pérsico, el Mar de Arabia, el Canal de Suez así como ciertas partes del Océano Indico. La 5ta Flota incluye actualmente una flotilla de portaviones y 2 portahelicópteros. Durante la invasión de Irak alcanzó una envergadura máxima de 5 portaviones y 6 portahelicópteros. A la cabeza de la escuadra se encuentra el USS Enterprise (CVN-65), el primer portaviones nuclear –construido en 1961–, que estuvo participando, el 2 de noviembre de 2007, en un ejercicio naval en el Golfo Pérsico.

La base de la 5ta Flota estadounidense, en Bahrein, se está a sólo 150 millas marítimas de la costa iraní y al parecer se encuentra también bajo el alcance de una nueva generación de misiles aire-mar iraníes. Por otro lado, en el estrecho teatro de operaciones que constituye el Golfo Pérsico, cualquier barco de la US Navy enfrentaría grandes dificultades para maniobrar y se encontraría siempre a poca distancia de la rocosa costa iraní, en forma de dientes de sierra, a todo lo largo del Golfo Pérsico, hasta el Mar de Arabia.

Irán comenzó a adquirir tecnología militar rusa poco después de que Rusia saliera, en el año 2000, del Gore-Chernomyrdin Protocol (Protocolo Gore-Chernomirdin) que limitaba las ventas de equipamiento militar ruso a Irán. Luego de su salida del protocolo, Rusia comenzó a vender a Irán la tecnología militar susceptible de ser utilizada en cualquier conflicto con Estados Unidos, específicamente sistemas de defensa antiaérea y misiles tierra-mar, equipos en los que Rusia se había especializado precisamente para poder hacer frente a la aplastante superioridad marítima de Estados Unidos.

El misil SSN-22, conocido como «Sunburn», alcanza una velocidad de mach 2,5, o sea 1 500 millas por hora. Está dotado de tecnología furtiva y tiene un alcance de 130 millas. Es portador de una cabeza explosiva convencional de 750 libras, capaz de destruir la mayoría de los navíos de guerra. Más preocupante aún es el SSN-X-26, de fabricación rusa, conocido como «Yakhont». Se trata de un misil crucero cuyo alcance de 185 millas y representa un peligro para todos los navíos de la US Navy que se encuentran en el Golfo Pérsico. Lo más grave es que el misil Yakhont ha sido concebido específicamente para su uso contra portaviones. Rusia lo ha puesto en venta en los mercados internacionales de armamento.

Tanto los misiles Yakhont como los misiles Sunburn están hechos para burlar los radares de vigilancia Aegis, actualmente utilizados en los navíos de la US Navy, mediante su tecnología furtiva y sus posibilidades de maniobrar en vuelo a baja altitud, adaptándose al relieve del terreno. En los últimos instantes de su aproximación al blanco estos misiles realizan maniobras de esquiva que les permiten escapar al fuego antimisil. La amenaza que representan los misiles Sunburn, Yakhonts y otros más, concebidos en Rusia y vendidos por ese país a China, Irán y otros países, es tan grande que el servicio de experimentación de armas del Pentágono decidió este año de parar la producción de todo nuevo tipo de portaviones hasta que aparezca algún tipo de defensa antimisil realmente eficaz.

Los juegos de estrategia de Millennium Challenge

“Millennium Challenge” fue el juego de guerra más importante que se haya realizado nunca. En este ejercicio participaron 13 500 soldados, repartidos en más de 17 regiones del planeta. Los juegos estratégicos implican un uso intensivo de simulaciones informáticas, durante tres semanas y con un costo de 250 millones de dólares. Millennium Challenge simuló una guerra asimétrica entre las fuerzas armadas estadounidenses, bajo las órdenes del general William Kernan, y un país no especificado del Golfo Pérsico.

Según el general Kernan, estos juegos estratégicos «debían servir para poner a prueba una serie de nuevos conceptos operacionales recientemente preparados por el Pentágono». Una serie de ataques asimétricos, de estrategias en las que se utilizaban barcos civiles disfrazados para lanzar ofensivas, aviones para la realización de ataques kamikazes y misiles crucero del tipo Silkworm, dieron como resultado el hundimiento de casi todos los barcos de 5ta Flota. Las simulaciones revelaron hasta qué punto las estrategias asimétricas pueden sacar partido de la vulnerabilidad de la 5ta Flota ante misiles tierra-mar, sobre todo en el estrecho marco de las aguas del Golfo Pérsico.

En una decisión eminente discutible, la estrategia del Pentágono consistió simplemente en «volver a poner a flote» la 5ta Flota para poder continuar el ejercicio, logrando así finalmente la derrota del país ficticio del Golfo Pérsico. El hundimiento de la 5ta Flota pasó a ser un desdichado episodio, rápidamente relegado al olvido, y el ejercicio fue presentado como un éxito de los «nuevos conceptos de dirección de la guerra» adoptados por el general Kernan. Lo cual llevó al teniente general Paul Van Riper, comandante del ficticio Estado del Golfo, a calificar los resultados oficiales del ejercicio de «eslogans vacíos». En una entrevista televisiva realizada poco después, el general Van Riper declaró: «como los conceptos sometidos a prueba por el comando no resultaron estar a la altura, el comando se puso a reescribir el escenario del ejercicio a su manera, para demostrar la validez de sus conceptos hipotéticos iniciales. Es ese el tema esencial de mi queja.»

Más graves aún resultaron las afirmaciones del general Van Riper sobre la eficiencia de la tecnología de misiles crucero reformados, los misiles Silkworm, utilizados en el hundimiento de un portaviones y 2 portahelicópteros llenos de marines, de un total de 16 navíos hundidos. Al ser interrogado sobre las alegaciones de Van Riper, el general Kernar respondió: «Oh, ¿sabe usted?... yo no sé. Para ser franco con ustedes, no tuve la oportunidad de evaluar lo sucedido. Pero, es una posibilidad… En cuanto a las especificidades de ese tipo de misil crucero en particular… realmente no puedo contestar esa pregunta. Tendremos que conversar de nuevo con ustedes posteriormente».

Los juegos estratégicos Millennium Challenge demostraron claramente la vulnerabilidad de la 5ta Flota ante ataques con misiles Silkworm. Se trataba de la reedición de la experiencia que vivieron los británicos durante la guerra de las islas Malvinas o Falklands [contra Argentina, NdT.], en 1980, donde 2 barcos de guerra británicos fueron hundidos por 3 misiles Exocet. Tanto los misiles crucero Exocet como los misiles de crucero Silkworm pertenecen a una generación obsoleta de misiles antinavíos, generación ya mejorada con los misiles Sunburn y Yahkonts. Si el objetivo del ejercicio Millennium Challenge fue efectivamente realizar un ensayo de lo que sería una guerra asimétrica con Irán, el resultado fue que la 5ta Flota resultaría casi totalmente destruida. No tiene entonces nada de sorprendente que Millennium Challenge haya sido finalmente modificado para poder ocultar tan embarazoso resultado. Hasta ahora, la opinión pública no tiene prácticamente conciencia de la vulnerabilidad de la 5ta Flota estacionada en el Golfo Pérsico. Parece que la administración dio un resultado falso a los juegos estratégicos para promover así su proyecto neoconservador para el Medio Oriente.

La estrategia neoconservadora de ataque contra Irán


Los neoconservadores tienen en común una filosofía política que pretende que la dominación de Estados Unidos, como única superpotencia, sobre el sistema internacional debe mantenerse durante el siglo 21 y hasta una fecha indeterminada. A principios de 2006, los neoconservadores de la administración Bush empezaron a promocionar vigorosamente una nueva guerra contra Irán, debido a la amenaza que supuestamente representa el programa nuclear de ese país. Irán ha repetido constantemente que su desarrollo nuclear es perfectamente legal y que está respetando el tratado de no proliferación nuclear (Nonproliferation Treaty – NPT). Desde el año 2004, la administración Bush viene citando datos provenientes de sus propios servicios de inteligencia según los cuales Irán estaría a punto de fabricar armas atómicas y no se debería permitir en ningún caso que ese país disponga de ellas.

La mayoría del desarrollo nuclear de Irán habría tenido lugar en instalaciones subterráneas construidas a 70 pies de profundidad y provistas de un revestimiento de hormigón armado que las protegen contra cualquier ataque con armas convencionales conocidas. Lo cual llevó a la administración Bush a afirmar, a principios de 2006, que será necesario utilizar armas nucleares tácticas para eliminar las instalaciones nucleares iraníes [2]. Esto provocó una enconada controversia entre neoconservadores de primera línea, como Dick Cheney y Donald Rumsfeld, y los jefes de los estados mayores, que se opusieron categóricamente a dicha posibilidad. En mayo de 2006, el periodista investigador Seymour Hersh escribió sobre la oposición de estos jefes de los estados mayores.

Posteriores esfuerzos de los neoconservadores tendientes a justificar un ataque militar multinacional encontraron un serio obstáculo en el escepticismo ampliamente enraizado de la opinión pública sobre la amenaza que representaría el programa nuclear iraní y en la confirmación, por el jefe de la Agencia Internacional de la Energía Atómica Mohamed El-Baradei, del respeto del tratado de no proliferación por parte de Irán. El-Baradei cita incluso evaluaciones militares estadounidenses que confirman que Irán no podría alcanzar la capacidad de producir combustible nuclear lo suficientemente puro como para poder utilizarlo en bombas nucleares hasta dentro de varios años. Ante la frustración que representó esta doble oposición a sus planes en el seno mismo de su propia burocracia, dentro de sus propias fuerzas armadas y en la comunidad internacional, la administración Bush adoptó una estrategia en tres partes tendiente a poner a Irán «fuera de juego».

La primera parte consiste en crear en la opinión pública la impresión de que existe una crisis de la seguridad internacional, advirtiendo del peligro de una Tercera Guerra Mundial en caso de que no se ponga fin al programa nuclear iraní. Durante una conferencia de prensa, el 17 de octubre de 2007, el presidente Bush declaró: «Si quieren ustedes evitar una Tercera Guerra Mundial, ¿sin duda están ustedes interesados en impedirles [a los iraníes] que tengan la tecnología necesaria para fabricar la bomba atómica?» A esta sorprendente retórica de Bush se sumó, poco después, el vicepresidente Cheney al advertir, el 23 de octubre, que Estados Unidos y sus aliados estaban «dispuestos a imponer serias consecuencias» a Irán.

La segunda parte consistió en un deslizamiento, al acentuar menos la necesidad de privar a Irán de sus instalaciones nucleares y acentuar más el apoyo de ese país al terrorismo. Dada la muy amplia oposición militar y política a la proposición de atacar las instalaciones nucleares iraníes, la administración Bush presenta en lo adelante a Irán como un pilar del terrorismo en Irak.

Este cambio de estrategia fue ampliamente corroborado en una parte de la Kyle-Lieberman Amendment (la enmienda Kyle-Lieberman), ante el Senado estadounidense, el 26 de septiembre de 2007, que designa «al cuerpo de los Guardianes de la Revolución iraníes como una organización terrorista extranjera». Lo cual le permitiría a la administración Bush autorizar ataques contra los cuarteles de los Guardianes de la Revolución iraníes en territorio iraní, con el pretexto de que estos apoyan a los grupos terroristas iraquíes que atacan a las tropas estadounidenses.

La tercera parte de la estrategia –y la más peligrosa– utilizada por la administración Bush consiste en instrumentar una misión clandestina que crearía el entorno político necesario para una guerra contra Irán. Esto se comprobó durante el inadmisible incidente del B-52 «Bent Spear», en que se descubrió que 5 misiles con ojivas nucleares estaban siendo enviados al Medio Oriente, en el marco de un golpe bajo de los servicios secretos [3].

Aquellas cabezas nucleares llevaban cargas que iban de 5 a 10 kilotoneladas y que hubiesen sido ideales para destruir las instalaciones nucleares subterráneas de Irán, o para montar una operación de diversión que hubiese podido ser atribuida a Irán. Pero el personal de la US Air Force se negó a obedecer órdenes «ilegales» que muy probablemente venían de la Casa Blanca, evitando así algo que habría podido terminar en la explosión de una o más bomba(s) nuclear(es) en la región del Golfo Pérsico.
Consecuencias de un ataque contra Irán

En su intento de intimidar a Irán, la administración Bush ha mantenido permanentemente 2 formaciones de portaviones en el Golfo Pérsico. La envergadura y la simultaneidad de posibles ataques contra las instalaciones nucleares y/o militares de Irán determinarían la rapidez y la envergadura de una respuesta iraní. Y la respuesta iraní probablemente tendría como consecuencia una escalada militar que culminaría con la utilización por parte de Irán de sus misiles crucero antinavíos contra la 5ta Flota estadounidense y el cierre del Estrecho de Ormuz a la navegación. La capacidad de Irán para enmascarar y lanzar sus misiles crucero desde sus posiciones en las montañas, a todo lo largo del Golfo Pérsico, determinará la vulnerabilidad de los navíos de la 5ta Flota que allí se encuentran. Esta se vería apresada en una trampa y no lograría partir hacia mares más seguros.

Los juegos de guerra Millennium Challenge, en 2002, desembocaron en el hundimiento de casi toda la flota. Si un ataque contra Irán tuviese lugar a fines de este año (2007), el resultado sería la destrucción del USS Enterprise y la muerte de los 5 000 hombres que se encuentran a bordo de ese portaviones. En cuanto a las pérdidas que se producirían ulteriormente, en términos de cruceros de apoyo y de otras fuerzas navales pertenecientes a la 5ta Flota en el Golfo Pérsico, estas serian catastróficas. Un ataque con misiles crucero iraníes reeditaría las pérdidas que se registraron en Pearl Harbor, cuando el hundimiento de 5 navíos, la destrucción de 188 aviones y la muerte de 2 333 soldados estadounidenses provocó rápidamente una declaración de guerra total contra Japón por parte del Congreso de Estados Unidos.

La declaración de una guerra total contra Irán por parte del Congreso estadounidense daría lugar a una campaña de bombardeos intensivos y a una posible invasión armada tendiente a un cambio de régimen político en Irán. Estados Unidos ordenaría una movilización general, para reunir el personal necesario con vista a una invasión contra Irán y para poder apoyar a las tropas estadounidenses en Irak y Afganistán, que se verían sometidas a una presión creciente.

Se produciría rápidamente una escalada de las tensiones con las otras potencias importantes, como Rusia y China, que suministraron a Irán sistemas de armas sofisticadas que podrían ser utilizadas contra los puestos avanzados militares estadounidenses. El cierre del Estrecho de Ormuz a la navegación y el estado de guerra máximo en Estados Unidos provocaría un derrumbe de la economía mundial y agravaría la erosión de las libertades civiles en Estados Unidos al verse implicado este país en una guerra total.

Conclusiones

El escenario que acabamos de describir es altamente plausible dadas las capacidades militares de Irán, en materia de misiles crucero antinavíos, y la vulnerabilidad de la Marina de Guerra de Estados Unidos ante dichos misiles, en caso de tener que entrar en acción en el Golfo Pérsico. La administración Bush ha ocultado a la opinión pública estadounidense la grave vulnerabilidad de la 5ta Flota, así como el riesgo que corre esa fuerza de verse atrapada y destruida, en caso de conflicto de gran envergadura con Irán. Esto quedó perfectamente demostrado por la controvertida decisión de minimizar los verdaderos resultados de los juegos estratégicos de simulación Millennium Wargames, y las opiniones opuestas que expresó el lugarteniente general Van Riper al referirse a las lecciones que de ellos había que sacar. Esto llevó a la firma, por parte del general Van Riper, de una petición en la que generales estadounidenses ya jubilados pedían la renuncia de Donald Rumsfeld.

Los neoconservadores de la administración Bush están plenamente concientes de la vulnerabilidad de la 5ta Flota, pero han tratado varias veces de enviar hasta 3 flotillas de portaviones al Golfo Pérsico, lo cual no haría más que aumentar las pérdidas estadounidenses en caso de guerra contra Irán, sea cual fuere el tipo de enfrentamiento. A pesar de ello, la administración Bush ha proseguido la aplicación de sus proyectos de ataque nuclear, convencional y/o subrepticio contra Irán, lo que no hará más que precipitar en lo esencial el espantoso escenario anteriormente descrito.

Una conclusión razonable que podría sacarse de ello es que, con tal de justificar una «guerra total» contra Irán e imponer un cambio de régimen en ese país, los neoconservadores de la administración Bush están dispuestos a sacrificar la mayor parte –incluso la totalidad– de la 5ta Flota estadounidense en una provocación militar que llevaría a Irán a recurrir a su arsenal de misiles antinavíos. Para evitar este nuevo Pearl Harbor es necesario poner a los responsables de la administración Bush que están dispuestos a sacrificar la 5ta Flota en aras de su agenda neoconservadora ante la gravedad de tal responsabilidad.

[1] «La grande simulation de la guerre en Irak. Apocalypse Tomorrow», Réseau Voltaire, 26 de septiembre de 2002.

[2] «L’Iran doit se tenir prêt à contrer une attaque nucléaire», por el general Leonid Ivashov, Réseau Voltaire, 16 de febrero de 2007.

[3] «L’affaire du B52 de la base de Minot. La mise en place de bombes nucléaires états-uniennes contre l’Iran?», por Larry Johnson, Horizons et débats, 17 de septiembre de 2007.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

El escorpión gigantesco de la Prehistoria

DESCUBIERTO EN ALEMANIA
  • El artrópodo marino medía 2,5 metros de largo y vivió hace 390 millones de años
Comparación entre el tamaño del escorpión marino y un ser humano. (Foto:'Biology Letters')

Comparación entre el tamaño del escorpión marino y un ser humano. (Foto:'Biology Letters')

Actualizado martes 20/11/2007 19:30
ROSA M. TRISTÁN

MADRID.- El hallazgo de una garra gigantesca y fosilizada de un prehistórico escorpión marino ha proporcionado un dato sorprendente: hace más de 390 millones de años estos arácnidos llegaban a medir dos metros y medio, casi como las paredes de una casa y bastante más que la media de altura para un ser humano.

Se trata de un 'Jaekelopterus rhenaniae', un bicho de la clase de los euripteridos que sugiere que por aquellos años, en pleno Devónico, la fauna que habitaba el planeta era de dimensiones gigantescas, incluidas las arañas, las cucarachas y los insectos. De hecho, este mismo año se dio a conocer el descubrimiento de una seta de más de seis metros de altura.

En este caso el pedazo de la garra del 'Jaekelopterus' fue descubierta en una mina de Prüm, en Alemania, por Markus Poschmann, un arqueólogo de Mainz. «Estaba desmenuzando piezas de roca con un martillo y un cincel cuando de pronto me percaté de que había un parche oscuro de materia orgánica sobre una laja recién removida. Después de limpiarlo con cuidado, pude identificar lo que parecía una pequeña parte de una gran garra. Aunque no sabía si estaba más completa o no, decidí intentar sacarla», explica Poschmann en una nota de prensa.

Los pedazos que consiguió tuvieron que ser limpiados de forma separada; después se secaron y se pegaron con meticulosidad científica. A continuación se pusieron sobre una cubierta de escayola blanca para consolidar el fósil y evitar que sufriera daños durante su análisis, que ha sido publicado en la revista 'Biology Letters', de la Royal Society.

La especie a la que pertenece, según se averiguó, vivió hace entre 460 y 255 millones de años y, por su tamaño, se cree que fue el artrópodo más grande conocido hasta ahora.

El doctor Simon J. Braddy, profesor de Geologia en la Universidad de Bristol, que ha dirigido la investigación sobre este fósil, asegura que se trata de «un hallazgo asombroso», dadas sus dimensiones. «Ya sabíamos que hace cientos de millones de años había milpiés gigantescos y libélulas enormes, pero hasta ahora apenas teníamos una idea de cómo de grandes podían llegar a ser», reconoce.

Teorías científicas

Las explicaciones científicas para este descomunal desarrollo físico de animales son muy diversas. Algunos expertos creen que los artrópodos gigantescos alcanzaron estos tamaños porque entonces había unos niveles más altos de oxígeno que en la actualidad. Sin embargo, ello significaría que en zonas donde aumente el oxígeno de repente, los insectos se harían más grandes, lo que no parece factible.

Otros, sin embargo, defienden que esta evolución fue fruto de una carrera de armamentos biológica para lograr hacerse con las presas más apreciadas de la especie, unos peces prehistóricos que también tenían unas mandíbulas poderosas y fácilmente sobrepasaban los dos metros de longitud.

Por último, están quienes piensan, como el profesor Braddy, que los escorpiones del Devónico no tenían una gran competencia de los vertebrados. Ello favoreció que cada vez su tamaño fuera más descomunal. Precisamente fue en aquel periodo cuando se inició la colonización de la tierra, y los escorpiones tuvieron su papel.

martes, 20 de noviembre de 2007

Encubrimiento en el Pentágono: 15.000 o más bajas estadounidenses en la Guerra de Iraq

Mike Whitney

Traducido del inglés por Germán Leyens
19/11/07

El Pentágono ha estado ocultando la verdadera cantidad de bajas estadounidenses en la Guerra de Iraq. La verdadera cantidad excede las 15.000 y CBS News puede probarlo.


La Unidad de Investigación de CBS quería hacer un informe sobre la cantidad de suicidios en las fuerzas armadas y “presentó una solicitud según la Ley de Libertad de la Información al Departamento de Defensa.” Después de 4 meses recibió un documento que muestra – que entre 1995 y 2007 – hubo 2.200 suicidios entre soldados “en servicio activo.”

Tonterías.

El Pentágono ocultaba la verdadera magnitud de la “epidemia de suicidios.” Después de una investigación exhaustiva de los datos de suicidios de veteranos proveniente de 45 Estados, CBS descubrió que sólo en 2005 “HUBO POR LO MENOS 6.256 ENTRE LOS QUE SERVÍAN EN LAS FUERZAS ARMADAS. ES DECIR 120 EN CADA UNA Y EN TODAS LAS SEMANAS DE SÓLO UN AÑO.”

No es un error de tipografía. Personal activo y en retiro de las fuerzas armadas, sobre todo jóvenes veteranos entre 20 y 24 años, vuelven del combate y se matan en cantidades récord. Podemos suponer que “múltiples períodos de servicio” en una zona de guerra han precipitado una crisis de salud mental desconocida por completo por el público y que es negada totalmente por el Pentágono.

Si sumamos las 6.256 víctimas de suicidios de 2005 a las 3.865 víctimas “oficiales” de los combates de las que hablan, obtenemos una cifra de 10.121. Incluso un cálculo exageradamente bajo de cifras similares de suicidios para 2004 y 2006, significaría que la cantidad total de víctimas estadounidenses de la guerra de Iraq excede ahora las 15.000.

Así es; 15.000 militares estadounidenses, hombres y mujeres, muertos en una guerra que – hasta ahora – no tiene justificación legal o moral.

CBS entrevistó al doctor Ira Katz, jefe de salud mental en el Departamento de Asuntos de Veteranos. Katz trató de minimizar la ‘oleada’ de suicidios de veteranos diciendo: ‘No hay una epidemia de suicidios en Asuntos de Veteranos, pero los suicidios constituyen un problema importante.”

Tal vez Katz tenga razón. Tal vez no haya una epidemia. Tal vez sea perfectamente normal que jóvenes hombres y mujeres vuelvan del combate, se hundan en una depresión inconsolable, y que haya más que se suicidan que los que mueren en el campo de batalla. Tal vez sea normal que el Pentágono los abandone en cuanto vuelven de su misión para que se puedan volar los sesos o se cuelguen con una manguera de jardín en su sótano. Tal vez sea normal que los políticos sigan financiando una matanza generalizada mientras dejan de lado a las víctimas que han producido con su indiferencia y falta de coraje. Tal vez sea normal que el presidente persista en repetir las mismas mentiras insípidas que perpetúan la ocupación y que siguen matando a muchísimos jóvenes soldados que se arriesgaron por su país.

No es normal; es una pandemia – un estallido de desesperación que es el corolario natural de una vida en constante temor; de ver que sus amigos son desmembrados por bombas al borde de la ruta, o que niños son despedazados en puestos de control, o de encontrar cuerpos maltratados tirados al lado del lecho de un río como si fueran bolsas de desperdicios.

La erupción de suicidios es el vástago lógico de la guerra de Bush. Los soldados que vuelven están traumatizados por sus experiencias y ahora se matan en masa. Tal vez debiéramos haber pensado en eso antes de la invasión.

Vea el vídeo en CBS News “Suicide Epidemic among Veterans”: http://www.cbsnews.com/stories/2007/11/13/cbsnews_investigates/main3496471.shtml

lunes, 19 de noviembre de 2007

El número de desertores en el Ejército de EEUU aumentó un 80 por ciento desde la invasión de Irak

El número de desertores en el Ejército de Estados Unidos ha aumentado un 80 por ciento desde la invasión de Irak, en 2003, lo que supone la tasa de deserción más alta que se registra desde 1980. Aunque las cifras están todavía lejos de las que se alcanzaron durante la guerra de Vietnam, cuando existía el servicio militar obligatorio, muestran un ascenso continuado durante los últimos cuatro años y un incremento del 42 por ciento desde el año pasado.

Según datos del Ejército, nueve de cada 1.000 militares desertaron en el año fiscal 2007, que finalizó el pasado 30 de septiembre, mientras que esta proporción fue de siete de cada 1.000 el año anterior. El número de deserciones este año es de 4.698 y el del año pasado asciende a 3.301.

Este incremento se produce mientras el Ejército se enfrenta a su momento más duro en la guerra de Irak, cuando muchos militares tienen que realizar largos y repetidos viajes a Irak y Afganistán.

Los líderes militares, incluido el jefe del Estado Mayor, el general George Casey, han reconocido que el Ejército ha pasado por una situación límite. Ahora se está intentando aumentar el tamaño de la Armada y de la Marina para aligerar la carga y dejar más tiempo a los soldados para permanecer en Estados Unidos entre un despliegue y otro.

A pesar del gran número de deserciones, si se analizan los datos de este año del Pentágono se puede comprobar que el Ejército no se esfuerza demasiado por encontrar a los desertores y, cuando los encuentra, no suele procesarles. A algunos simplemente se les permite reintegrarse en sus unidades, pero en la mayoría de los casos se les expulsa con una licencia menos honrosa.