miércoles, 27 de agosto de 2008

Irán avanza en su programa espacial y lanza un cohete portasatélites y algo de historia.


¿Y qué esperaban? Nos comunicaban las agencias informativas hace unos días que Irán ha lanzado un cohete capaz de enviar a la órbita terrestre un satélite de comunicación. Esto quiere decir que Irán está desarrollando una fuerte tecnología con medios propios y un parte proveniente de países como China o Rusia. Irán, la gran Persia, despertó de su letargo y comienza un gran apogeo como antaño.
El lanzamiento del satélite, en imágenes de la televisión árabe Al-Alam. (Foto: AFP | AL-ALAM)

Irán se siente orgullosa de su primer paso para ser partícipe del espacio ya que este cohete le supondrá colocar en órbita sus propios satélites, algo que EEUU no se esperaría nunca. Imaginen una sociedad cuya población no sabría situar siquiera donde se encuentra Irán en un mapa. Tienen en mente a un pueblo pastoril e inculto que ha olvidado su pasado. Y casi lo hicieron después de todos los tormentos que el Imperio Usa les ha hecho pasar. Sin desvariar mucho del tema, quisiera hacer mención que esta puesta en escena y desarrollo de tencnología espacial les va a llevar a USA a acusar a Irán de cualquier otra tontería absurda. El miedo a enfrentarse con este gigante dormido se les refleja en sus inertes rostros de avaricia y poder. Obviamente Irán apostará por potenciar, además de satélites de telecomunicaciones, la construcción de armas estratégicas que podrán hacer impacto en cualquier lugar del mundo. Esta misma tecnología la tienen los norteamericanos y muchos países, y parece claro que no quieren competidores. La llevan clara.

Irán, cuyo potencial tecnológico es inimaginable está poniendo entre la espada y la pared a aquellos que en su día hicieron lo contrario con el pueblo iraní. Tecnología nuclear, espacial, misiles de desarrollo propio, armas inteligentes, … etc, quien se lo iba a decir a los superdotados occidentales.

No es de extrañar el odio permanente que siente el pueblo de Irán hacia los Estados Unidos. Es totalmente lógico. Incluso me pareció patético las declaraciones de un político norteamericano cuando se preguntaba con cara de niño inocente, del porque Irán odiaba tanto a América. Son falsos con ellos mismos, imagínense con el resto del mundo.
Sencillamente habría que retroceder algo en el tiempo tampoco mucho. Aquellos días en los que Estados Unidos formó su gobierno títere en Irán, colocando en el poder a un rey imbécil, conocido como el Sah.

Coronación del Sah de Irán en 1967.

Enseñado en las costumbres occidentales, terminó siendo corrupto como el que más, derrochador de lujos, viviendo como el mejor mientras el pueblo literalmente se moría de hambre. Incluso USA comenzó un programa de energía nuclear en este país, mientras se llevaban el oro negro sin ningún tipo de control ni beneficio para sus verdaderos propietarios. Esa situación fue precisamente la que llevó a la aparición de la revolución islámica y al fanatismo extremo. Creado por los propios usurpadores y que ahora lo toman como excusa internacional para combatir un terrorismo que no existe. El pueblo expulsa al Sah (el dictador de nombre Mohammad Reza Pahlevi) y comienza la revolución islámica de Jomeini.
Tras la pérdida de este país de su control, Estados Unidos, permite que Saddam Husein dé un golpe militar en Irak, un país vecino a Irán, con fuentes petrolíferas, gas y una situación geopolítica excelente. Pero no contentos con esto, arman a Saddam Husein para que comience una guerra contra Irán, para tratar de hacerse con el control de nuevo, disimuladamente desde luego, como siempre lo han hecho, que no se les vea partícipes directos en la acción. Hacen que los persas sean invadidos por árabes aunque compartan la misma religión.
Irán tras la revolución y recién salida de una dictadura y una pobreza extrema, ni siquiera tiene armas para defenderse del ataque de Irak. Pierden territorio rápidamente pero entonces ocurre lo inesperado para todos. La infantería iraní aunque muy superior en número carece de suficientes armas, así que hacen una técnica de desbordamiento (cuyo nombre en persa no logro recordar para mi pesar). Una técnica de los antiguos guerreros persas que consiste en lanzarse en tropel de miles sobre las posiciones enemigas. De esta forma, el ejército irakí no podía cubrir la defensa, y en algunos casos se quedaban sin municiones. Se estima que un millón de soldados iraníes sucumbieron por esta heroica acción. Y la recompensa fue recuperar su territorio, tomar posiciones, recoger el armamento abandonado por los irakíes y que algunos países miraran con otros ojos a Irán tras su victoria. Y de este modo conseguir armas para poder defenderse.
Estados Unidos no daba crédito a lo que estaba sucediendo, así que para animar más el ambiente de muerte en Irán, envía a Saddam Husein, armas químicas que prueba sin ningún tipo de pudor sobre el ejército iraní y población civil, causando, imagínense el consiguiente desastre. Pero no contentos la administración norteamericana, les envía misiles, tanques, armas modernas. Y ni aún así, Saddam Husein logra derrotar a los soldados persas. Craso error. Esto y mucho más fue lo que aportó Estados Unidos a Irán. Y se siguen preguntando con todo el descaro del mundo. ¿Por qué Irán nos odian tanto?.

JJCF

martes, 26 de agosto de 2008

Biden: El lobby judío le puso un vicepresidente a Obama

La reencarnación "liberal" de Cheney

(IAR Noticias) 25-Agosto-08

El candidato demócrata Barack Obama en compañía del senador Joseph Biden.

Luego de que su candidata favorita electoral Hillary Clinton entrara en desgracia electoral, el lobby judío "liberal" (léase los grupos financieros sionistas que controlan la Reserva Federal, y mantienen una influencia gravitante sobre el Congreso de EEUU y la Casa Blanca) decidió potenciar a Obama con generosos flujos de dinero para su campaña y una cobertura de gran proyección en las principales cadenas mediáticas de EEUU y de Europa, también bajo su control. Todo fue bien salvo dos cosas: Obama no encuentra un perfil claro para diferenciarse en su discurso de su parecido simbiótico con el decadente MacCain, el candidato republicano (impulsado por el lobby judío conservador que hoy controla la Casa Blanca) y sus asesores no saben como contrarrestar su imagen de "debilidad e inexperiencia" en política exterior.

Informe especial
IAR Noticias

En consecuencia, eliminada Hillary (por perdedora), los estrategas del lobby salieron a buscar a un "alma gemela" de Obama para que lo salve de su Talón de Aquiles cada día más acentuado: Temblequeos verbales y total desconocimiento del manejo de la política exterior norteamericana, el corazón estratégico de las andanzas depredadoras del Imperio por el planeta.

El lobby le tolera todo: Que sea un "blanquinegro" (mitad negro, mitad blanco) advenedizo con raíces "musulmanas" y con solamente un "curso acelerado" de oportunismo electoral en su breve paso como senador, que tenga a un pastor de cabecera "antiblanco" y admirador de los panteras negras, que tenga una mujer negra que también cuestiona el poder blanco, etc, pero el lobby no puede tolerar (ni admitir) a un candidato presidencial que no sepa conducir la "guerra contraterrorista" y poner en caja a los "Estados bandidos" con Irán a la cabeza.

En una palabra, al lobby le venía haciendo falta una reencarnación de Cheney para ponerlo al lado de Obama como vicepresidente, o sea, como el verdadero "poder en las sombras".

En resumen, se necesitaba un sionista de alto vuelo con experiencia acreditada en política exterior (léase depredación imperial-militar-capitalista a escala planetaria) y apareció la "persona indicada" desde el más alto nivel del sionismo parlamentario: Joseph Biden.

Biden no es judío, pero es practicante devoto a tiempo completo de la religión sionista, a tal grado, que empalidece a otros militantes originarios de la causa pro-israelí en el aparato de poder norteamericano.

Biden, quien preside por segunda vez el Comité de Relaciones Exteriores del Senado de EEUU, es un miembro "liberal" de la poderosa derecha catolica aliada del lobby sionista que (en su vertiente conservadora y liberal) controla Wall Street, los bancos de la Reserva Federal y el Complejo Militar-Industrial.

Esto lleva a que el lobby (con sus corporaciones y bancos) se convierta en directo beneficiario de las políticas de conquista de mercados (por vía militar o "democrática") de la Casa Blanca.

Esto nos remite a una primera conclusión probada en forma histórica y estadística: En EEUU, la potencia locomotora del capitalismo sionista a escala global, no gobiernan los presidentes o los partidos, sino la élite económica-financiera (el poder real) que controla la Reserva Federal, el Tesoro, Wall Street, el Complejo Militar Industrial y Silicon Valley.

Y hay una segunda conclusión también probada en forma histórica y estadística: La política exterior y la política interna de EEUU (los niveles de decisión) no la dirigen los presidentes ni los partidos sino el establishment económico-financiero que controla la Casa Blanca y el Congreso a través de sus "lobbyes" y operadores que actúan sobre los partidos, los legisladores, los funcionarios y condicionan las decisiones presidenciales.

Y el lobby "motor de todos los lobbyes", es el lobby sionista manejado desde la AIPAC y el Consejo Judío Mundial.

Barak Obama durante una conferencia en la AIPAC.

Allí militan tanto MacCain como Obama, que tuvo que hacer un curso acelerado de "convicción sionista" jurando de apuro fidelidad a Israel en Tel Aviv y el foro de la AIPAC.

Demócratas (lobby sionista liberal) y republicanos (lobby sionista conservador) se turnan en la administración del Imperio: Cuando asumen la presidencia los republicanos (como ahora), los demócratas juegan de "oposición crítica", y viceversa, sin que varíen para nada las matrices funcionales del sistema capitalista estadounidense basamentado en la conquista imperial de mercados y de recursos estratégicos, ya sea por la vía militar (invasiones) o por la vía "democrática" (gobiernos sometidos).

Tomemos dos ejemplos "alternativos" inmediatos: El "malo" Bush (republicano) invadió y conquistó Irak y Afganistán, y el "bueno" Clinton (demócrata) su predecesor, bombardeó y conquistó Yugoslavia (hoy Serbia) y ejecutó los primeros bombardeos contra Irak, preparatorios de la invasión posterior.

Terminada las luces artificiales de la campaña electoral, demócratas y republicanos dejan de agredirse y se complementan en un diseño de política estratégica de Estado en defensa de los intereses de las grandes corporaciones económicas que marcan el accionar de las políticas internas y de la conquista de mercados encubierta en las "guerras preventivas" contra el "terrorismo".

En la falsa guerra electoral MacCain-Obama permanecen las mismas raíces funcionales: El que gane "administrará" el Imperio para los intereses del lobby sionista que controla los resortes estratégicos de la primera potencia imperial-capitalista de la Tierra.

Y Joseph Biden, un líder parlamentario del sionismo liberal está para cumplir dos misiones si los demócratas ganan la presidencia en noviembre: Controlar a Obama y mantener la política exterior norteamericana al servicio de los grandes bancos y corporaciones del lobby.

Barack Obama y Joseph Biden.

Perfil de un sionista confeso

Joe Biden, de 65 años, llegó al Congreso con sólo 30 años, lo que le convirtió en el quinto senador más joven de la historia de EEUU.

Más tarde sería reelegido fácilmente en cinco oportunidades consecutivas en 1978, 1984, 1990, 1996 y 2002.

Como presidente del poderoso Comité de Relaciones Exteriores del Senado, ejerció entre 2001 y 2003, y de nuevo a partir de enero de 2007 cuando los demócratas retomaron el control del Senado.

Desde ese puesto estratégico, Biden fue un puntal de las operaciones internacionales del lobby sionista: El bombardeo y conquista de la ex Yugoslavia (hoy Serbia), Kosovo y la conquista de Los Balcanes, el apoderamiento de las repúblicas soviéticas (Georgia, Ucrania, etc), las invasiones a Irak y Afganistán, y la "guerra contraterrorista" utilizada como argumento para invadir países, lo tuvieron al hoy candidato a vicepresidente como un protagonista fundamental.

Durante el conflicto de los Balcanes (como enviado del Senado) hizo varios viajes a la región y su consejo fue fundamental a la hora de convencer al presidente Bill Clinton de utilizar la fuerza militar para derrocar a Slobodan Milosevic, una barrera para la conquista sionista de los mercados de la Europa del Este post-soviética.

Como corresponde, y tras los "atentados terroristas" del 11 de septiembre de 2001, se plegó a la "guerra contraterrorista" de George W. Bush y el lobby de los sionistas neocon liderado por Cheney, operando desde el Senado la invasión a Afganistán y la conquista militar de Irak con la eliminación de Saddam Hussein, la principal piedra en el camino para el lobby sionista en Medio Oriente.

En octubre de 2002 impulsó la votación de los demócratas a favor de la resolución que autorizaba la administración Bush a utilizar la fuerza contra Irak. Su apoyo fue crucial y determinante al tratarse del presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado.

En el año 2007 el Senador Biden, en colaboración con el presidente del Council on Foreign Relations (una supra entidad sionista internacional) , Leslie Gelb, propuso un plan de partición de Irak inspirado en las tesis sionistas de remodelación y control del Medio Oriente.

La idea de que Israel debería dividir (divide y reinarás) en pequeñas unidades a todos los Estados árabes se encuentra una y otra vez en el pensamiento histórico-estratégico israelí.

Ze’ev Schiff, el corresponsal militar del diario israelí Ha’aretz (y un experto en el tema) dio como ejemplo de lo mejor que le podría suceder a Israel: “La disolución de Irak en un estado chií, un estado sunní y la separación de la zona kurda”.

En esa esencia abreva el plan de partición de Irak presentado por Biden, el que, si Obama gana la presidencia en noviembre, está destinado claramente a convertirse en la "reencarnación de Cheney" en versión liberal.

El año pasado, el Senador Biden, entrevistado por la cadena de TV Shalom, una importante red judía de televisión por cable en EEUU, llamó a Israel "la mayor y única fortaleza de EEUU en Oriente Medio".

“Soy sionista”, confesó el senador Biden. "No necesitas ser judío para ser sionista”.

Obama está en buenas manos.

domingo, 24 de agosto de 2008